Realizaremos previamente un cuestionario relativamente extenso que nos pueda desvelar información acerca de si ha podido haber un problema en alguna etapa concreta del desarrollo. A continuación haremos el test para cada reflejo, para poder determinar si hay reflejos presentes o, por el contrario, se han inhibido. También realizaremos una valoración de una secuencia motora que abarca los cambios en el desarrollo de la lateralidad y direccionalidad.
En el caso de que haya reflejos presentes que expliquen ciertos comportamientos o síntomas, podemos realizar un tratamiento que trabaje por medio de secuencias motoras para inhibir estos reflejos. Gran parte de estas secuencias se llaman movimientos rítmicos, que emulan a los movimientos naturales que debería hacer el bebé para tener un buen desarrollo motor desde los niveles más bajos.
Los tratamientos duran un mínimo de seis meses. Se trabajan en sesiones de unos 10-15 minutos diarios, a realizar en casa, y en dos meses se vuelven a valorar.