"El movimiento es la puerta del aprendizaje"
Paul Dennison
¿Qué son los reflejos primitivos?
Ya en el útero, el embrión se mueve, y a través del movimiento se va formando el sistema nervioso, se empieza a constituir el cerebro que controlará y dirigirá el cuerpo a lo largo de toda la vida.
El cerebro del recién nacido es inmaduro, pero está preparado para sobrevivir manteniendo las funciones vitales; a partir de ahí las neuronas se intercomunican entre sí formando una red, que almacena y transmite información. a esta capacidad se la llama neuroplasticidad.
En los 3 primeros años de vida el ser humano realiza su mayor aprendizaje a nivel sensorial, motor, vestibular o de equilibrio, reconocimiento de personas y cosas, comprensión del lenguaje, etc.
Los reflejos son reacciones involuntarias a cierto tipo de estimulación. Son respuestas musculares involuntarias y específicas a ciertas sensaciones o movimientos.
El sistema nervioso madura a través de lo que llamamos los reflejos primitivos que tiene el bebé y que empiezan a desarrollarse en el útero. Gracias a estos reflejos primitivos el bebé podrá más adelante desarrollar los reflejos posturales necesarios para erguirse y moverse. Los reflejos son esenciales para la supervivencia del bebé y para su posterior aprendizaje y están controlados por el tronco encefálico. Éstos, una vez realizada su función, deberían inhibirse (se suprime su función a través del desarrollo de otra); sus funciones deberían ser controladas por partes superiores del cerebro.
Muchos de estos reflejos desaparecen a medida que el niño crece; si no se inhiben el resultado puede ser de patrones de comportamiento y movimientos inmaduros, que pueden perdurar hasta la edad adulta.
El niño o adulto que no tiene maduras las interconexiones cerebrales entre las distintas partes del cerebro tendrá problemas de aprendizaje a nivel físico y psíquico dependiendo de la zona que no esté conectada. La principal causa de los problemas de aprendizaje son los reflejos primitivos que siguen activos después de los primeros años de vida.
El desarrollo viene condicionado por los movimientos
El desarrollo viene condicionado por los movimientos que hace el bebé ya en el útero de la madre y en su primera infancia, movimientos naturales posturales como el balanceo, la rotación de la cadera, el levantamiento de cuelllo y cabeza, arrastre, reptado, gateado, escalar, y por último, erguirse y andar, factores determinantes que conducen al proceso de maduración del cerebro.
Si estos movimientos no se han realizado o se han interrumpido por cualquier causa, como problemas en el embarazo, parto, incubadoras, enfermedades, parálisis cerebral, abuso de tronas, cochecitos, sillitas superanátomicas y taca-tacas, que han impedido el desarrollo natural del movimiento del niño, se pueden producir problemas y bloqueos.
Puedes realizar un cuestionario para detectar problemas de desarrollo motor en el siguiente enlace. Ir a cuestionario
Los movimientos rítmicos o TMR
Los movimientos rítmicos son movimientos terapéuticos que estimulan la red neuronal entre distintas partes del cerebro. Ayudan a integrar correctamente los reflejos primitivos.
Los ejercicios reproducen los movimientos que hace el bebé desde su nacimiento, indispensables para su desarrollo. Por ejemplo, mediante el balanceo se estimulan todos los sentidos a la vez que se estimulan desde el sacro a través de la médula espinal todas las redes nerviosas que mandan información al cerebro, y desde éste, a los músculos y a los órganos produciendo relajación, sentido del placer y fundamentalmente el sentido de seguridad a nivel físico y emocional. Por éso, instintivamente, mecemos a los bebés.
La estimulación sensorial causada por los movimientos rítmicos estimula la red nerviosa entre el tronco encefálico, el cerebelo, los ganglios basales y el neocórtex. Ésto hace que la atención y la concentración mejoren y la impulsividad e hiperactividad disminuyan. Tienen efectos importantes para la lectura y escritura. Los movimientos rítmicos también incrementan el tono de los músculos extensores de la espalda y mantienen la cabeza en una posición correcta. Ayudan a mejora la postura, la respiración y la resistencia muscular.
La terapia rítmica también facilitará la habilidad de los niños para regular su nivel de actividad y poder estar quietos. Equilibra todo el organismo a nivel físico y emocional.